CON MI PADRE NO QUIERO IR!.

SAP (Síndrome de Alineación Parental)

Trataremos un tema muy polémico: el Síndrome de Alienación Parental (SAP).
¿Qué es esto? Cuando una pareja se separa y los hijos, sin causa justificada (y subrayo justificada), rechazan el contacto con uno de los progenitores, quizás que sea debido a que el otro padre hace todo lo posible para perjudicar su imagen ante los hijos.
Por una parte, es habitual que los padres al separarse tengan rencor a su antigua pareja. El deseo de poner a los hilos de su parte y el miedo a que quieran más al otro progenitor, son naturales; pero habría que comprender que para los niños tener que escoger entre sus padres les hace daño. Las disputas por el amor de los hijos, causan un montón de peleas que podríamos evitarse con un poco de buena voluntad y sentido común.
Algunas veces, los padres parecen tener una relación estupenda hasta el momento que el otro encuentra una nueva pareja, o cambia su situación económica a mejor. Entonces los celos o la envidia, o la conciencia de que la ruptura es definitiva, rompen la supuesta buena relación y se desencadena la guerra. Otras veces, la venganza es el motivo básico, o la manipulación de los niños puede ser una prolongación de una situación de control que existía antes de la ruptura, (como que ya no estás a mi alcance, te haré daño a través de tus hijos).

¿Por qué es tan polémico? Incluso, hay psicólogos que niegan su existencia. La razón es que el *SAP se utiliza como un arma de doble filo en casos de maltrato. El caso típico es la mujer denuncia al hombre por maltrato, argumentando que por eso los niños no quieren verle y el hombre responde diciendo que se trata de un SAP. Sobre el papel, la diferencia es clara: en el caso del maltrato, los hijos no quieren ver al padre porque tienen miedo, porque sienten rabia por el maltrato que han sufrido ellos directamente o que han vivido indirectamente en su madre. Ocurre también que las madres que son alienadoras, acusan a los padres de un maltrato que no ha existido nunca. En la vida real, distinguir unos de los otros puede ser una tarea casi imposible para un observador externo.

Negar que el SAP existe, porque a menudo se utiliza de manera sesgada y manipuladora, sería cono decir en medicina que el sarampión no existe, que solo es real la varicela. Una cosa no tiene nada que ver con la otra, y se necesita ser muy ciego, o sin experiencia, para no darse cuenta que las relaciones humanas son siempre complejas y separar en buenos y malos, es simplificar demasiado la cuestión.

El método de trabajo del alienador es sutil. Hay que tener paciencia y sangre fría para que sea eficaz, por lo tanto, es ideal por los psicópatas (ver artículo) Un ejemplo de su manera de actuar nos diera mejor la idea del que quiero decir. Una compañera nos contaba el caso de una mujer alienadora que había conseguido que su hija de diez años odiara a su padre y no quería estar con el de ninguna forma. Una de las cosas que había hecho, era amenazar al padre con llamar a la policía si venía a ver a su hija el día de su noveno aniversario, por que “no le tocaba” y desviar todas las llamadas telefónicas del padre ,a su móvil particular. Bien, al mismo tiempo, dijo a la niña que su padre vendería a buscarla para celebrar su cumpleaños. Le compró un vestido nuevo, preparó y peinó a la niña y esperó con ella en la calle al padre que no venía más de una hora. Es de una crueldad siniestra hacer una cosa así, y sin duda, el SAP es una manera de maltrato emocional grave, puesto que priva a los niños de la relación con los dos padres.
Una de las características más polémicas del SAP, es que hay más mujeres alienadoras que hombres. No sé si la razón puede ser simplemente que al tener ellas mayoritariamente las custodias, tienen mes posibilidades de manipulación de los horas y días de visita y cosas así. A lo mejor puede ser que las mujeres practican más la violencia psicológica que física. No tiene nada que ver con la violencia de genero, ni el machismo, pero está claro que pensar que solo los hombres pueden ser maltratadores, es una simplificación del mundo bastante peligrosa.

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